Los pagos entre empresas se reinventan

El segmento de pagos B2B ha estado históricamente rezagado respecto al comercio electrónico de consumo, pero según un análisis de McKinsey & Company («Bringing digital to B2B payments»), esa brecha se está cerrando con rapidez. Las empresas están demandando plataformas que no solo procesen transacciones, sino que integren APIs abiertas, sistemas embebidos en sus flujos operativos y tecnología de inteligencia artificial (IA) para mejorar la trazabilidad, reducir los errores manuales y acelerar los ciclos de pago.

Esta transformación implica que los proveedores de soluciones de pago estén pasando de ser meros ejecutores de cobros a convertirse en socios estratégicos de las empresas. Herramientas como la conciliación automática, el análisis predictivo de riesgo y el enrutamiento dinámico de pagos permiten a las compañías optimizar su capital de trabajo: reducir días pendientes de cobro, minimizar fraudes y tener visibilidad en tiempo real de sus flujos. Reportes recientes muestran que más del 50 % de las transacciones están siendo transformadas mediante procesos digitales o en camino de hacerlo. 

De cara al futuro, las inversiones en tecnología para pagos empresariales están proyectadas con crecimientos de doble dígito anual. Según fuentes del sector, la adopción de plataformas integradas y de servicio completo –que combinan pagos, datos y servicios embebidos– podrían generar un salto competitivo en los próximos años. Esta nueva ola plantea no solo mejoras operativas, sino que remodela la forma en que las empresas construyen su cadena de valor, dónde los pagos se convierten en un activo y no sólo en una obligación.